“La
gran asociación cabalística conocida con el nombre de MASONERÍA” (De la revista
masónica “Latomia”.)
“La cábala disidente es la obra de los
rabinos, que han falsificado la tradición talmúdica."
(Gougenot des
Mousseaux.)
Pero ¿de
dónde surgió y cómo surgió esa secta?
Muy vagos son los orígenes de la Masonería.
Los historiadores imparciales y los historiadores masónicos no se han puesto de
acuerdo — ¡ni se pondrán jamás!—. La
verdad es que no se le puede precisar su oscuro origen.
“La
Masonería —dicen ellos: Casard, Ragón, Clavel, Almeida, Des Etangs... — ha
nacido del odio del mal y del amor al bien (dualismo). Es, por consiguiente,
tan antigua como el hombre y durará mientras éste exista.”
Hay historiador masón que, de absurdo en absurdo,
supone nada menos que el primer hombre, Adán, es el fundador del Arte Real y
que enseñó a sus hijos la Geometría y artes conexas. La desfachatez de Oliver lleva
las estúpidas suposiciones de Anderson a situar el origen del masonismo en el
Paraíso Terrenal (¡ !) y hace de
Moisés un gran maestre — un Morayta, por
ejemplo — y de Josué un modestito hermano orador. Preguntádselo a cualquier
hermano, y con fe de masón os jurará que es verdad.
¿Por
ventura en el templo de la Logia Fraternidad Ibérica, de Sevilla, no aparecen
los nombres de Budha, Zoroastro, Pitágoras, Moisés, Solón, etc., etc., como
masones? En la desfachatez de apropiarse grandes figuras de la Historia no
tienen rival los hombres del mandil. ¡Si
hasta el desgraciado príncipe don Carlos, primogénito de Felipe II, lo
presentan como un mártir de la Masonería! Claro que el príncipe, como es
sabido, anduvo en relaciones con los herejes flamencos; pero ya veremos en el
momento oportuno cómo ese MONSTRUO
invisible de los PODERES OCULTOS
quiere envolver con su baba repugnante ¡¡nada
menos que el solio pontificio!!
Desde luego, la Masonería no es una
organización surgida esporádicamente. Se ha venido desarrollando poco a poco, y
tanto sus ideas como sus medios de acción le han sido transmitidos por una
porción de sociedades más o menos ocultas, y, por otra, se ha ido filtrando en
ciertas agrupaciones, que ha llegado a absorber, tomando de ellas lo que
consideraba necesario.
Orígenes judeocabalísticos de la Masonería. — Influencias
talmúdicas. —Cómputo del tiempo.
Toda
ella —su rito y sus procedimientos— está impregnada de primitivos misterios y
de simbolismo hebraico. Como organización de tipo ocultista, tiene raíces que
succionan en los misterios de los gimnosofistas de la India —Zoroastro, los
magos y los budhistas — y en las iniciaciones egipcias. Las pruebas que se
exigían para ser iniciado en los misterios de Isis y Osiris eran terribles,
complicadas y célebres. Los pocos que
salían ilesos de las pruebas físicas y tenían el suficiente valor para soportar las morales se igualaban
a los sacerdotes y gozaban de las
ventajas que pueden proporcionar la virtud y la ciencia. Esas pruebas, simbólicamente, han conservado todo su sentido, sin llegar al horror del
laberinto de Eleusis, en las actuales
iniciaciones de las logias. Para la Masonería, esos sacerdotes egipcios, sobre todo los de Menfis y Heliópolis, son los
primitivos hermanos, por lo que el caracterizado h :. Ragón exclama:
“¡Masones de todos los ritos, he aquí a vuestros primeros fundadores: Indra, Zoroastro y Budha!”
A pesar de esa retumbante afirmación, ya
veremos lo que hay debajo de tal pretensión.
Desde luego, la celebridad de los misterios
egipcios excitó vivo interés. En ellos vinieron a instruirse Orfeo, Thales,
Solón, Pitágoras, Licurgo y Moisés. Las enseñanzas de los magos se conservaron
en el pueblo judío hasta en tiempos de Salomón, y a través de la leyenda del
maestro Hiram —una fábula de triple
sentido: religioso, político y social — ha pasado el espíritu esotérico de
aquellas ceremonias rituálicas a las logias masónicas actuales, y en las
tenidas de iniciación el neófito presta ante el Mistagogo, hoy el venerable,
juramento de guardar el secreto, como se hacía al comenzar la iniciación
gnóstica.
De aquí también que los ritos y símbolos más
o menos tenebrosos de la Masonería y de otras sociedades esotéricas recuerden constantemente
la cábala y el judaismo. Los masones —
es lo primero que se dice al neófito en el discurso de bienvenida que pronuncia
el hermano orador — persiguen la reconstrucción del templo de Jerusalén,
reconstrucción que simboliza la obra moral que pretenden realizar.
En el capítulo El mito de Hiram y la
hipótesis judeocabalística en Masonería dice la revista masónica Latomia (Esta
revista, editada por la logia madrileña La Unión, se presenta como uno de los
“orgullos” de la Masonería española. Llegan a centenares las cartas recibidas
de todas las logias del mundo felicitando a La Unión por el tono de prestancia
intelectual que ha logrado darle. Entre tantos parabienes hay también la
protesta de altos grados, por entender que en algunas cuestiones se levanta
demasiado la punta del velo que encubre los secretos de la secta.):
“Si el Talmud es el alma del judío, la
cábala, cuyo código fundamental es el zohar, es el alma del Talmud. En los
campamentos antisemitas y espiritualistas hay a ese respecto una opinión
formada desde hace mucho tiempo. Dos
especies existen de cábala: la antigua y la farisaica.
Los rabinos hacían derivar la antigua de Moisés. El sentido oculto
de la Torah sería revelado por Yahvé en la montaña de Sinaí al propio Moisés,
que la transmitiría a Josué, y que los doctores de la ley conservarían intacta.
Durante el cautiverio de Babilonia se hicieron en la vieja tradición
infiltraciones de carácter abstruso, y en los últimos tiempos de Jerusalén los
rabinos convirtieron la teología mística en talmúdica, enseñanza oral que
desnaturalizaron con adaptaciones hechas de las filosofías orientales y muy
particularmente del panteísmo y del sabeísmo persa. Tal fué la iniciación de la cábala
farisaica.
Renovada ésta por los rabinos del siglo II y III, dió
origen a la magia y a las sociedades secretas. La cábala es la
madre de las sociedades secretas, y extirpada violentamente por las prescripciones
antitemplaristas, sus doctrinas y sus ritos se refugiaron en las doctrinas y
los ritos conocidos aún de la Masonería antigua y moderna. La gran asociación
cabalística conocida en Europa con el nombre de Masonería aparece en el mundo
en el momento en que la protesta contra la Iglesia acaba de escindir la unidad
cristiana. Nótese de paso que uno de los
más talentosos prosélitos de Martín Lutero era el ferviente cabalista
Reuchlin. Todas las religiones verdaderamente dogmáticas han salido
de la cábala y a ella vuelven. Lo que hay de científico y grandioso en los
sueños religiosos de todos los iluminados
—Jacobo Boehme, Swedenborg, Blake, Saint-Martin, etcétera — de la cábala
proceden. Todas
las asociaciones masónicas le deben sus secretos y sus símbolos. La doctrina
cabalística es el dogma de la alta magia.
Otro argumento probativo del origen
talmúdico de la Masonería se deduce de su lenguaje simbólico. La hipótesis del
origen judeocabalístico de la Masonería goza fueros de auténtica. Sería difícil
— dice Bertrand en L’occultisme anden et
moderne — dudar de los lazos de parentesco que existen entre la Francmasonería,
de cualquier rito que sea, y el judaismo procedente de la cábala farisaica. Y
para aquellos a quienes estas pruebas no basten presentaremos otras más
perentorias.
¿Cuál
es el medio que nos sirve para distinguir a los pueblos de distinta raza? ¿La
lengua? Pues bien: la Masonería nunca dejó de hablar la lengua del Talmud.
La palabra de paso del rito francés es para el grado del maestro Tubalcain, y
la palabra sagrada, Jakin, nombre de las dos columnas del templo de Salomón.
Booz es la palabra sagrada del rito escocés para el grado de aprendiz —se pronuncia Bogaz en hebreo (1) —. Para el grado de maestro del rito francés
se adoptó Giblin como palabra de paso, que hace recordar a los giblinos que
Salomón empleó para tallar las piedras, en la construcción del templo.
En
las logias de adopción, o Masonería de mujeres, para la recepción de una
maestra, el cuadro representa: primero, la escala de la maestra; segundo, la
torre de Babel; tercero, José en la cisterna; cuarto, el sueño de Jacob;
quinto, la mujer de Loth transformada en estatua de sal; sexto, el incendio de Sodoma;
séptimo, el sacrificio de Abraham; octavo, dos copas inflamadas; noveno, el
arca de Noé sobre el monte Ararat, etcétera, etc. Babel es la palabra de paso,
y Havt-jair la palabra sagrada. En hebreo, Havot-Jair significa oppida
iluminationis. En el grado de maestra perfecta, el gran maestre representa a Moisés
y la gran maestra a su mujer, Séphora. Al hermano depositario se le llama
Aaron. La palabra de paso es Beth-Abara, del hebreo Beth-Hébet; la palabra
sagrada, Achitob, de Ahhitoub.
Para el grado de elegida, sublime escocesa,
el maestro tiene el mismo nombre del sumo sacerdote Eliacin, gobernador de
Bethulia; el primer vigilante se llama Osias, príncipe de Judá; la hermana
recipiendaria toma el nombre de Judith. Cuando se recibe al maestro secreto de
los grados capitulares escoceses, la logia simboliza el Santo de los Santos. El
venerable representa al rey Salomón, y la vigilante toma el título de inspector
con el nombre de Adonhiram. Ziza es la palabra de paso. Era el nombre del hijo
de Jonatán. Fué escogida para palabra sagrada la letra Iod; tomada en el
sentido cabalístico, significa Dios, principio, unidad. En la recepción de
maestro perfecto, el venerable personifica a Adonhiram, hijo de Abda. El
vigilante se llama Stfkin, y el introductor, Zerbal. La primera palabra de paso
es Zerbal, nombre del comandante de las guardias de Hiron, rey de Tiro. La
palabra sagrada es Joah, por Jehovah.
La Masonería adoniramita presenta idénticos
caracteres. Ejemplo: para el grado de maestro perfecto, la palabra de paso es Monte Líbano, y la sagrada, Jehová. En el
rito de Misraim, que se compone de noventa grados, no hay palabra ni de paso ni
sagrada que no provenga del Talmud. La misma observación puede hacerse con el
rito de Menphis. La Masonería de los mohabitas o caballeros prusianos reteja
también con palabras hebreas. Tomando el índice de la mano derecha y
apretándolo con el pulgar, el retejado dice Sem, y el examinador, haciendo igual
toque, pronuncia la palabra Cham. Se repite el toque y se pronuncia la palabra
Jafet. La palabra de paso, pronunciada tres veces con tono lúgubre y lento, es
Phaleg.
EL CÓMPUTO DEL TIEMPO.
“Los francmasones,
como los judíos, hacen el cómputo del tiempo no por la nueva era, sino a partir
del primero de marzo, que es para ellos el comienzo del año. Y no dicen marzo, abril,
mayo, etc., sino misan, jiar, sivan, thamuz, ab, elul, thischri, marchhescvan,
kislev, tebeth, shebat y adar.”
Era conveniente demostrar con textos
masónicos que las logias están impregnadas, en lo externo, del espíritu del
judaismo talmúdico.
(1) Queda ya dicho que entre las felicitaciones
recibidas por la Logia La Unión figuraban no pocas protestas de aquellos “talleres” que mantienen un criterio
cerrado y ortodoxo. Véase, por ejemplo, esa interesante “plancha” de la Logia Tánger, número 45. Dice:
“Vall:.
De Tánger (Marruecos). 9 de julio de 1933 (Era vulgar). —A la Resp :. Log:. La
Unión, número 88.— Wal:. de Madrid.—V:. MM:. Y QQ:. HH:. Les comunicamos que
este “taller”, en su “tenida” celebrada el 6 del actual, consideró nefasta para
la Masonería a vuestra publicación LATOMIA, al insertar en la misma y con ello
dar publicidad al mundo profano de NUESTRAS PALABRAS SAGRADAS Y OTROS SECRETOS,
LOS CUALES PROMETEMOS SOLEMNEMENTE NO REVELAR NI AUN A NUESTROS MISMOS HH:. AL
INICIARNOS Y EN TODOS NUESTROS ACTOS. Les rogamos, pues, nos comuniquéis en
virtud DE QUE AUTORIZACION os servís cometer tales anomalías, pues esto está
fuera de nuestros Reglamentos, y, como ya lo decimos más arriba, al llegar tales
conocimientos al mundo pro fano, nos vemos profanamente vendidos y perjudicada
nuestra augusta Orden. Vuestra publicación para el mundo masón está
profusamente redactada, y es por lo tanto también educativa; pero por lo mismo,
es nuestro entender que no deben llegar tales conocimientos al mundo profano.
Rogamos nos ilustréis sobre el particular. Recibid, venerable maestro y
queridos hermanos, el triple abrazo fraternal y ósculo de paz que por nuestro
conducto os envían todos los obreros de este “taller”. — El venerable maestro
Juan Pérez; el secretario guardasellos, Benítez.” (Firmado
y sellado.)
Esta logia que EXIGE es de Tánger. Lo mismo EXIGEN
logias de América que de Francia, Suiza, Luxemburgo, etc.
¿Y
quién puede dar o negar esa AUTORIZACIÓN? SOLO UN PODER QUE DESDE LUEGO NO
RESIDE EN ESPAÑA. ¡Y los ministros
masones están sometidos a ese PODER! ¡Y los GOBIERNOS MASONES están sometidos a
ese PODER!
¡Asi
tuvo que aguantar nuestra Patria el turbulento bienio social- azañista-masónico!
“LA
MASONERÍA, AL DESCUBIERTO”
F.
FERRARI BILLOCH
31
de enero de 1936.
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