sábado, 10 de diciembre de 2016

CAUSAS DEL MAL ÉXITO DE LA ORACIÓN (INDISPOSICIONES NATURALES)




   Algunas veces, dice San Francisco de Sales (Vida devota, 4.a parte, cap. XV.)  “los tedios, esterilidades y sequedades provienen del malestar o de la indisposición corporal, como sucede cuando por los excesivos ayunos, vigilias y trabajos nos encontramos agobiados por el cansancio, el adormecimiento, la pesadez y otros achaques, que, aunque dependen del cuerpo, no dejan de incomodar al espíritu, a causa de la estrecha unión que ambos tienen… El remedio en estos casos es fortalecer el cuerpo”.

   Los Santos, sin embargo, han buscado en las austeridades el fervor y las alegrías de la oración. Lejos de atender al demonio “que se convierte en médico…alega la flaqueza del temperamento y agranda las enfermedades producidas por las observancias” (Hugo de San Víctor, De Claustr., lib. I, cap. II.,) debemos amar nuestras austeridades como voluntad de Dios que son, y guardar nuestras reglas con nimio cuidado, considerándolas como nuestro mejor patrimonio. Pero puesto que la indiscreción en la penitencia perjudica a la contemplación, si sentimos el cuerpo falto de fuerzas y el espíritu sin vida, descubramos nuestro estado a los superiores, y hagamos lo que nos dijeren.  En cuanto a las mortificaciones espontáneas, sometámoslas también a su parecer y procuremos que no lleguen a desmoronar la salud, abatir el vigor del espíritu y colmarnos de fatiga y sueño, sin pensamiento ni vida para la oración.

   Las austeridades voluntarias tienen su mérito, pero la oración es tesoro más deseable. Conservemos fuerzas suficientes para entregarnos a las duras labores de una vida de oración. La contemplación es nuestro objeto principal.


LOS CAMINOS DE LA ORACIÓN MENTAL


Dom VITAL LEHODEY


Abad Cisterciense de la Trapa de Briequebec

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.